Intervenir en un paisaje natural encara un gran reto, mayor éste en cuanto el valor espiritual del proyecto es alto. En ese sentido, la interpretación y búsqueda de respuestas se postula desde la resolución de extremos, de la condición de una arquitectura auto-referencial vs relacional, monumental vs doméstica, simbólica vs funcional y en la identificación del punto de equilibrio.

Para la propuesta se adopta el concepto de CLAUSTRO, el cual permite integrar varias funciones en una misma pieza edificada, cerrada y auto-protegida y con altos niveles de confort interno, que se resuelve con un volumen compacto, de planta cuadrada. En él se reconoce la impronta de cada función: por un lado, la primacía del espacio de adoración, diáfano y elevado; por otro los espacios de apoyo, dispuestos como zócalo o basamento del primero.

El Santuario se configura en una sola nave a fin de conferir jerarquía al altar e imágenes de culto y a su vez resolver el programa con la máxima economía de medios posible para la consecución de un aforo alto con un área de construcción baja. La cubierta se propone liviana y a dos aguas, con un tragaluz central que introduce luz cenital para simbolizar los rayos de sangre y agua del Sacratísimo Corazón de Jesús. A los costados, una serie de mansardas, que evocan a una construcción más clásica, permiten ventilar e iluminar naturalmente el espacio.

En síntesis, el Santuario a la Misericordia de Osicala se plantea, con austeridad y justo contenido simbólico, como REFUGIO ESPIRITUAL Y CORPORAL del visitante, en busca de paz para un encuentro personal con Dios.